De mis dias de dealer

rinnnnnnnnng... rinnnnnnnnnnng... rinnnnnnnnnnnng... rinnnnnnnnnnnng
suena el telefono 4 veces, es la clave..
- diga!
- necesito un par - anuncia una voz nerviosa
- son 20 latas
- no hay problema, estoy por el policentro
- el reparto del norte se hace en la tarde, te espero en la puerta 4 a las 6.
Pasa el tiempo y tal como fue acordado, las dos partes de este negocio ilícito se dan cita en el momento y lugar indicado.
- el billete por favor
- si claro aquí lo tengo - el vendedor de las uñas sucias lo recibe, guarda y entrega la mercancía
- una cosita más, podría..... queda inconclusa la frase, el destartaldo auto rojo ha desaparecido, entre el trajín y el tráficto vespertino.

Clandestina y directamente, estoy apostando a la bohemia total. Cerrando el círculo de producción al encontrarme cara a cara con mis ¨clientes¨. Soy su amigo electrolux, comerciante de mis ilusiones puerta a puerta, despachante de mi energia, mercader de mi propia fe. Me estoy diviertiendo un montón, cada uno de ellos es un personaje, con su propia historia y una cara de satisfacción única al recibir su caldo. -Que hijpueputa esta huevada! - al ver el caucho, al ver la pata. Lo abren, lo manosean, algunos hasta lo huelen. Miran las fotos, sacan el disco, se ríen.. - Ni manso, ni Guayas, jajajajaja esa es! - advierto - cuidado con la pata, es delicada, se cae y se rompe - entonces se aferran a ella con un brillo especial en los ojos. Y así sigo mi camino, leyendo en la lista la próxima entrega. La felicidad es mutua y eso nos hace bien.